

En la Antigua China, el juez era la autoridad suprema dentro de cada distrito, responsable del censo, del registro civil, de recaudar impuestos, y de la seguridad de los habitantes. Su trabajo no se limitaba a impartir justicia, era además el encargado de investigar los delitos, los robos y los asesinatos, en caso de que estos se produjeran.
En esta primera entrega de sus casos, el juez Di deberá desentrañar el misterio que se encuentra detrás de dos asesinatos y de la desaparición de una mujer. Le acompañaremos a una época pretérita, descubriremos algunos de los secretos ocultos de una sociedad milenaria y asistiremos en primera fila a la lucha de un hombre honorable en busca de la verdad.
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